Un nuevo look
Finalmente el día de la audiencia llegó. Elise no iba a utilizar ropa extravagante, pero eso no significaba que fuera a tardar menos en arreglarse. En una reunión tan importante, la presentación era su mejor arma, necesitaba estar preparada.
—Señorita, su maquillaje parece más ligero de lo normal, ¿estará bien así?
—Sí, creo que es mejor de este modo.
La antigua Elise siempre vestía a la última moda y abusaba del maquillaje. Pero dejando a un lado su orgullo, no le sentaba bien. Había vivido en el siglo 21 y conocía los avances en cosmética. No le gustaba arreglarse, pero tenía muy claro qué le sentaba bien y cómo resaltar su encanto.
—Ese broche y el collar, y también esos pendientes de perlas, ¿puedes acercarlos?
—Sí, señorita.
Se miró en el espejo al terminar. «Bien. No queda tan mal».
—Oh, tan bonita— dijo Mary a su lado.
—¿Me veo bien?
—Sí, no es tan glamuroso como antes… pero… es tan bonito. Se ve tan elegante… y… creo que este estilo le sienta mejor que el anterior.
Elise sonrió ligeramente.
—Gracias.
Y con lo que había preparado de antemano, se fue hacia la puerta de la residencia. Su padre la esperaba allí.
—¿Estás list-? —en ese momento el Marqués la miraba asombrado,—¿Elise…?
—¿Sí? ¿Ocurre algo, padre?
Elise parpadeó un poco incómoda. No era sólo su padre, su madrastra y también su segundo hermano, todos la miraban con expresiones sorprendidas.
—¿Qué ocurre?
Pero, no podían responder.
—Tú…
Estaba preciosa. Siempre había sido bonita, pero ese día brillaba como nunca. Y no es que hubiera hecho nada especial, sólo un leve maquillaje, un collar de perlas, un pañuelo, el broche y un fino y sencillo vestido blanco.
Pero, sí sus vestidos extravagantes y su maquillaje exagerado cubrían su belleza, ahora el elegante pero sencillo vestido y el ligero maquillaje centraban la atención en su cara de muñeca y resaltaban aún más su encanto. Elise inclinó la cabeza a un lado.
—¿Me veo rara?
—N, No.
Caminó hasta su padre y le tomó del brazo.
—Vámonos, padre.
El marqués asintió, todavía sorprendido.
—Cl-Claro, vámonos.
Y así ambos embarcaron en el carro y salieron rumbo al palacio.
❀ ◦ ❀ ◦ ❀
Finalmente el carruaje llegó a su destino. El imperio de Britia era el más poderoso que existía en ese tiempo y su influencia no se limitaba a la isla, sino que también alcanzaba las tierras fronterizas. Por eso el palacio imperial era colosal y opulento. Elise miró el palacio con tristeza por un momento.
«Ha pasado un tiempo». Antes de ser expulsada de su puesto como Emperatriz, había vivido 6 meses entre esas paredes. Pero no tenía buenos recuerdos. «En ese tiempo creía que este sitio lo significaba todo». Apartó la vista incómoda, no le gustaba estar allí de nuevo. «La reunión con el Emperador tiene que ir bien…»
Cerró los ojos mentalizándose para la reunión de su vida, pero el Marqués al verla tan concentrada se preocupó.
—¿Estás bien, Elise?
—Sí, no es nada padre.
—Si no te sientes bien, házmelo saber. No te contengas.
Sonrió para aliviar la preocupación que destilaba su voz.
—Padre.
—¿Hmm?
—¿Qué harías si cometo un error?
—¿De qué estás hablando, Elise?
—Entonces, si cometiera algún error…
El Marqués frunció el ceño.
—¿Por qué? ¿Has hecho algo malo?
*Créditos*
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