El perfecto matrimonio oculto: adopta un hijo y obtén un esposo gratis — Capítulo 10

Pequeño tesoro se descontrola

—Hermano, ¡Por fin regresas! ¡Pequeño Tesoro de repente empezó tener una rabieta!

—¿Qué pasó?—preguntó Lu Tingxiao en voz baja.

—No tengo ni idea. Cuando se despertó, comenzó a buscar a alguien; supuse que estaría buscando a Ning Xi, así que le dije que la bella señorita se había ido ya. ¡En cuanto lo dije pareció haber enloquecido! por lo visto Ning Xi le ha gustado mucho. No escucha a nadie desde que está así.

Era la primera vez en mucho tiempo que se comportaba de esta forma, así que Tingxiao esperó a que su hermano terminara de contarle toda la historia y se dirigió hacia su hijo que, al ver que alguien se le acercaba, se alarmó y retrocedió; sus ojos lo miraban con cautela, al parecer no reconocía ni a su propio padre.

El hombre se detuvo a tres pasos del niño y comenzó a hablarle con calma, tratando de que su voz refleje tranquilidad y seguridad absoluta.

—Cuando tu segundo tío dijo que la señorita se fue, se refería, literalmente, a que se había ido. Está perfectamente, no le ha pasado nada, simplemente se fue del hospital para irse a casa. No es que muriera y abandonara este mundo. No es como cuando se fue tu bisabuela y nunca volvió, lo entiendes, ¿verdad?  —Lo único que le quedaba a Tingxiao es ser paciente y hablar con su hijo todo lo que pudiera.

—Es una broma, ¿no? —Jingli no sabía qué más decir—. Simplemente dije que «la señorita se fue». No me digas que se imaginó tanto solo por eso.

En realidad, no era de extrañar que tuviera tal reacción; cuando la vio caer, se había asustado mucho y le quedó una especie de trauma tras vivir ese momento. Dejó de gritar solo cuando su padre terminó de hablar, y se quedó inmóvil en el alféizar, sin mover un solo músculo.

—Quería que te diera esto. —Sacó una nota—. ¿Te gustaría leerlo? —De repente, el niño alzó la cabeza y extendió los brazos mirando directamente a su padre; quería que lo cargara.

Tanto Jingli, como las enfermeras y los doctores se quedaron boquiabiertos. Se esforzaron tanto para calmar al niño, y este hombre pudo tomar el control de la situación con una única nota. ¿Cómo es eso posible?

Cuando le pidió a Ning Xi que escribiera una nota, Lu Jingli pensó que eso no tenía nada de sentido, pero ahora veía que sí lo tenía. Estaba realmente impresionado.

Lu Tingxiao cargó a su hijo y se sentó en el sofá antes de entregarle la nota que el pequeño tomó con impaciencia; hace mucho que había aprendido a leer y escribir, así que no necesitaba ayuda de nadie para saber qué era lo que decía.

«Cariño, gracias por salvarme, eres increible.»

Cuando leyó lo que ponía y vio el dibujo de un corazoncito en la parte posterior, sus ojos comenzaron a brillar de emoción, se sonrojó y no pudo evitar sonreír, hinchando las mejillas; en ese momento era más adorable que nunca.

—No puede ser—. Jingli parecía haber visto un fantasma—. ¿Estoy alucinando acaso? ¿Tesorito y sonriendo? ¡No soy capaz de recordar cuándo fue la última vez que pasó! ¿Qué pone en esa nota?— Intentó leer las mágicas palabras que crearon tal milagro, pero el niño escondió la nota, como si fuera su mayor tesoro. Aunque, en realidad, se esforzó en vano, ya que su tío ya había leído el mensaje. «¿Unas palabras tan simples y banales pueden hacerlo tan feliz? ¡Já, la muchacha no es tan simple como parece!» 

Lu Tingxiao se limitó a mirar a su hijo con dulzura. Ahora que estaba despierto, lo llevó a casa, cancelando todos sus planes del día solo por hacerle compañía a su tesorito.

❀ ◦ ❀ ◦ ❀

Noche en la residencia Platino número 8.

En una sala de estar fría e inhóspita, dos personas, padre e hijo, estaban sentados uno enfrente del otro, ambos con expresiones reticentes y distantes.

—Come—ordenó por enésima vez Tingxiao, pero pequeño tesoro seguía ignorando su voluntad—. No volveré a repetirlo. —El niño hizo caso omiso—. ¿Crees que puedes amenazarme así?

Tesorito, a su vez, parecía un viejo monje que, con una voluntad inquebrantable, permanecía en su pequeño mundo, sin reaccionar apenas a los estímulos del exterior. 

La confrontación entre padre e hijo prosiguió.

Horas más tarde.

Lu Tingxiao se rindió y le llamó a su hermano.

—Envíame la dirección de Ning Xi. —Al parecer, el plan del pequeño tuvo éxito.

Lu Jingli no discutió la voluntad de su hermano y, enseguida, le mandó la dirección de la muchacha, sin olvidarse de paso de hacerle miles de preguntas sobre el tema, con el fin de satisfacer su curiosidad, pero, para bien o para mal, fue completamente ignorado.

Esta vez, Tingxiao no tuvo que decir una sola palabra. Su hijo, nada más ver que su padre cogía las llaves del coche, se levantó y corrió para coger el abrigo. Lu miró como el pequeño caminaba a su lado, y no tuvo más remedio que cogerlo en brazos.

—Sólo esta vez.

*Créditos*

  Capítulo anteriorCapítulo siguiente  

Lista de capítulos

Bookmark

No account yet? Register

No robes contenido!!!