Quédense esta noche
Ning Xi esbozó una sonrisa sincera mientras se servía algo de cerveza en el vaso. Al ver su gesto, Lu Tingxiao se sintió cegado por su belleza.
—¡Gracias!—agradeció la felicitación y miró a tesorito—. En gran parte, es gracias a ti. De no ser por ti, no podría ir a la audición. Ven, cariño, ¡bebamos juntos!
El niño miró su vasito de leche, y luego dirigió la mirada a Ning Xi y la cerveza que tenía su padre en la mano. Se sintió reacio, pero aún así acabó chocando su vaso contra el de Xi y se bebió toda su leche. A la joven le pareció entretenida la seria actitud del niño, se preguntaba si era consciente que ahogaba sus penas como un verdadero adulto.
A mitad de la cena, Tingxiao salió al patio para contestar a una llamada y, aprovechándose de la situación, Ning le dio un codazo al niño y le dio su cerveza.
—Quieres saber como sabe, ¿no? Bebe rápido, mientras tu padre no está aquí. ¡Pero solo un sorbito! —Los ojos del pequeño se iluminaron, parecían auténticas estrellas que relucían en el cielo nocturno. Bajó un poco la cabeza, para poder beber bien y, aunque no le acabara de gustar el sabor, se sentía muy feliz.
Para cuando Lu volvió al salón, Ning estaba sentada tranquilamente en el sofá, como si nada hubiera ocurrido, y tesoro era aún más profesional en ocultar la verdad; estaba bebiendo su leche a sorbitos. No había nada fuera de lo común, y Tingxiao parecía no haber notado nada, pero, por un segundo, en su mirada se podía sentir el afecto.
Los tres tenían mucha hambre y aunque Ning Xi comprara mucha comida ese día, lograron terminarse absolutamente todo.
La joven miró, de reojo, el reloj y se percató de que ya era bastante tarde y que era hora de echar a los invitados, pero, de repente, la estancia se iluminó más aún por un rayo que cayó, seguido por fuertes truenos retumbantes; parecía que iba a comenzar una fuerte tormenta.
—Hoy, en el canal meteorológico anunciaron que de noche habría una tormenta, seguida de un tifón. —Ning sentía como le comenzaba a doler la cabeza, mientras observaba las gotas caer al otro lado de la ventana.
El niño la miró fijamente, al igual que su padre y, después de un buen rato, tomó una decisión.
—Es bastante tarde ya y el tiempo no acompaña. Si el señor Lu lleva a pequeño tesoro a casa, podría llegar a ser muy peligroso. ¿Les apetece pasar la noche aquí?—preguntó.
Lo dijo solo por cortesía. Otra vez. Estaba segura de que Tingxiao no estaría de acuerdo con eso, y que era imposible que se quedaran no ella esa noche, pero…
—Está bien—respondió, mientras tesorito asentía con la cabeza repetidas veces.
Resulta que otra vez estaba de acuerdo. ¡Es demasiado reservado! ¿Por qué tenía la sensación de que ambos esperaban que lo propusiera? ¡Agh, estaba a punto de volverse loca!
Así que, al final, ambos, padre e hijo, pasarían la noche allí. La residencia que le ofreció su compañía no era demasiado grande; no tenía más que un dormitorio y una sala de estar, por lo que sería complicado encontrar un lugar para que todos pudieran dormir.
—Esta noche dormiré en el salón. Señor Lu, ustedes pueden dormir en mi habitación. Deje que cambie las sábanas y…
—No hace falta. Dormiré yo aquí y tú puedes dormir con pequeño tesoro en el dormitorio. —El tono con el que lo dijo dejaba claro que no pensaba discutirlo más.
Ning Xi sintió como si hubiera pecado; no solo permitió que una persona de tal posición comiera sopa barata, sino que también hizo que durmiera en la sala de estar.
Si hubiera venido sin su hijo, no permitiría por nada en el mundo que se quedara, y daba igual si comenzaba a nevar, o si estuvieran en mitad de una tormenta. Lo echaría, porque el que un hombre y una mujer pasen la noche solos, bajo un mismo techo no podría traer nada bueno, y más teniendo en cuenta lo que le había dicho esa misma mañana. Pero, lamentablemente, teniendo allí al niño, no había nada que pudiera hacer. Sería demasiado peligroso que lo llevara a casa en esas condiciones. Además, teniendo al niño aquí, no puede pasar nada malo, ¿no?
En todo caso, Ning Xi ya había aceptado su destino.
—Buscaré algo de ropa para que ambos podáis ducharos y dormir cómodos.
Tras hurgar un poco en su armario, realmente consiguió encontrar algo.

*Créditos*
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