El perfecto matrimonio oculto: adopta un hijo y obtén un esposo gratis — Capítulo 28

El déspota CEO

—Es la primera vez que hace un retrato—dijo Tingxiao, revelando el pequeño secreto de su hijo.

—¡Oh! ¿En serio? —No pudo evitar preguntar, emocionada—. ¡Entonces me siento honrada! —Le fue imposible contener su alegría; en ese momento parecía una niña pequeña en su inocencia y pureza.

—¿Qué quieres comer?

Al parecer, no solo sus gastos de manutención, sino que también todos los gastos de comida estaban cubiertos al cien por cien. Justo cuando Ning Xi iba a darle una respuesta, su móvil sonó, emitiendo una alegre melodía. 

Cuando miró la pantalla, aparecía el nombre de su manager, Chang Li. ¿Será que encontró otro papel menor para ella?

—Hola, hermana Chang. —Sin pensarlo mucho, descolgó la llamada.

—Ning Xi, la ceremonia de apertura de «El mundo» tendrá lugar en el hotel «Perla» al mediodía. Ni se te ocurra llegar tarde.

—¿Qué? ¿Al mediodía? ¿Hoy? —Lanzó una ráfaga de preguntas mientras trataba de procesar la información recibida. Nadie le había dicho nada al respecto.

—Sí, hoy. 

—Hermana Chang, ¿por qué no me lo dijiste antes? ¡Si van a ser las once ya!

—¿Antes? No sé muy bien a lo que te refieres. Te he avisado con una hora de antelación. 

—¡Es probable que en una hora ni llegue al lugar, por no hablar ya de que tengo que vestirme y maquillarme!

—Ese es tu problema, no el mío. Estoy demasiado ocupada, así que voy colgando. —Dicho esto, la llamada se cortó.

—¡Chang Li! ¡Me cago en ti! —Furiosa, tiró el móvil lejos de sí, sin prestar mucha atención a lo que pasaba a su alrededor, pero cuando recuperó los sentidos se quedó congelada. Al igual que lo estaba pequeño tesoro y Tingxiao.

Ning se secó la cara del sudor, odiándose a sí misma con su naturaleza demasiado expresiva y deseando que, en ese preciso instante, le tragara la tierra. Fue demasiado impulsiva y en ningún momento se acordó de que seguía en la residencia de Tingxiao y que tenía a un niño pequeño delante. No le importaba demasiado lo que el hombre pensara de ella, pero no le hacía mucha gracia que el niño aprendiera algo malo de ella. 

—Tesorito… —Tosió—. cariño, pretendamos que no has escuchado nada, ¿vale? Nunca, jamás copies a la tía, ¿de acuerdo? No puedes insultar a las personas de esta manera, como mínimo porque la persona a la que insulté hace un momento ni siquiera se le puede considerar una persona—dijo con voz muy seria.

El niño parpadeó un par de veces, asimilando lo que le dijo Xi, y asintió con la cabeza, dando a entender que lo entendía todo perfectamente.

Esa pequeña interacción no pudo dejar a Tingxiao indiferente; un destello de diversión brilló en sus ojos y no pudo evitar entrometerse en la conversación.

—¿Qué ocurre?

—La ceremonia de apertura de mi siguiente película es al mediodía. —Ning Xi apretó la mandíbula por el cabreo—. Son casi las once, y mi manager me acaba de informar sobre eso. Tardaré, como mínimo, cincuenta minutos solo en llegar al lugar. ¿Se supone que tengo que aparecer desnuda ante las cámaras?

—Jaj, ¿y por qué no? Eres lo suficientemente hermosa como para poder permitírtelo.

La joven no pudo aguantarse la tos; quedó atónita. Jamás se esperaba escuchar palabras similares de ese hombre. Sacudió un poco la cabeza antes de atreverse a decirle nada.

—Le agradezco sus elogios, pero entienda que para este tipo de eventos es necesario vestir de forma adecuada. Fuera bromas, no tengo absolutamente nada que sea apropiado para la situación, y con la cantidad de paparazzis que habrá allí… —dejó inacabada la oración, imaginándose las horrorosas consecuencias que le esperan—. ¡Qué frustrante! 

—Espera un momento. —Levantó la mano en señal de que no había nada por lo que preocuparse, cogió su móvil y salió al patio para hacer un llamada.

Al cabo de diez minutos, una persona apareció en la puerta. Parecía exhausta, como si acabara de correr una maratón.

—Jefe Lu, preparé todo lo que quería. ¿Comenzamos ya? —El hombre que llegó llevaba unos vaqueros rasgados y un suéter gris de algodón, pero lo que más llamaba la atención en su atuendo era, sin duda, el piercing azul oscuro que tenía en su oreja izquierda. 

El hombre le resultó muy familiar a Ning Xi, y no tardó mucho en descubrir su identidad. Era difícil no conocerlo, sobre todo si eres de la industria. Se trataba de Arthur, el mejor estilista de la compañía «Glory World» y, de hecho, era el estilista personal de la reina del cine Su Yimo. Más de una vez, en los periódicos, se referían a él como las «manos divinas» y, en efecto, así era. Ese hombre era el dios de la estética, alguien a quien se le podía admirar solo desde lejos. 

—¿Y esto? —Ning Xi quedó atónita, no estaba segura de cómo reaccionar.

—¿Eh, no lo conoces?

—Oh, venga ya, es el famoso Arthur, ¡es imposible que no lo conozca! Quise preguntar por qué lo llamaste.

—¿No es obvio? Será tu estilista de hoy—dijo Tingxiao con absoluta naturalidad.

Pero para la muchacha la situación era más que absurda. Se acercó al hombre para que Arthur no oiga lo que vaya a decir.

—Pero, vamos a ver, ¿realmente llamaste a alguien de «Glory World»? ¿Estás de coña, no? ¿O acaso no sabes que soy una actriz de «Luz estelar»? ¡Son compañías enemigas!

—¿Y qué? —Tingxiao parecía no entender dónde estaba el problema. Por su tono y expresión, Ning Xi entendió que le es imposible discutirle nada, así que aceptó su destino.

*Créditos*

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