El niño en el bar
Cinco años después. Bar «El Edén del vino». Último piso.
Ning Xi tenía que hacer compañía a los inversores durante toda la noche, pero por haberse pasado un poco con la bebida, acabó con un fuerte dolor de cabeza y se ausentó, durante un momento, para despejarse. Lo que no esperaba era que Chang Li, su manager, la siguiese. En cuanto la vio, se armó de valor y paciencia para tratar con ella.
—Hermana Chan, ¿tienes algo que decirme?
—Ning Xi, ¿Te presentaste a la audición para la protagonista en la película «El Mundo»?
—Sí, ¿y?
—¡No puedes ir! —A pesar de que Chang Li era su manager, le estaba diciendo que no vaya a una audición importante; por raro que pudiera parecer, Ning Xi no estaba nada sorprendida por sus palabras. Es más, su única reacción fue la de levantar una ceja y preguntar por la razón—. Para empezar jamás me llegaste a comentar nada sobre esto, ¿y ahora me preguntas el porqué? La compañía ya ha acordado que Ning Xueluo se presentará a la audición.
—Que me presente yo no es inconveniente para la compañía. —Sonrió Ning Xi—. ¿Ning Xueluo te pidió que me hablaras de esto, no? ¿Acaso tiene miedo de que una mera novata le robe el papel?
—¿Me estás intentando decir que tú tienes el talento para competir con ella? ¡Estás loca si piensas que tienes siquiera una oportunidad! Déjame darte un consejo: no desperdicies tu esfuerzo. La familia Ning invirtió treinta millones en esta película. ¡El papel definitivamente será de Ning Xueluo!
—¿En serio? Entonces…¿por qué estás tan nerviosa?
—¡Eres mi artista! ¡Debes escuchar mis órdenes!—dio por sentado.
—¡Oh! Hermana Chang, ¿aún recuerdas que soy tu artista?
—Ning Xi, no voy a desperdiciar mi tiempo contigo. Si no aceptas mi consejo, ¡no me culpes por ser despiadada! —Cuando pronunció la última palabra, Ning Xi notó cómo le quitaron el celular y, acto seguido, la empujaron hacia el almacén del bar. La puerta se cerró de golpe y los pasos al otro lado comenzaron a alejarse hasta dejar de oírse por completo. Sabiendo que gritar sería inútil, Ning Xi se apoyó en la puerta y se sentó en silencio.
Cuando se unió a la compañía, Ning Xueluo era menos cruel; simplemente le pedía a Chang Li que le arreglara únicamente papeles de villana, pero con cada día que pasaba se volvía más y más audaz, hasta el punto de encerrarla en un almacén. En el caso de que no fuese a la audición, tendría que dejar la compañía «Luz estelar».
Mientras reflexionaba, escuchó un ruido, «No me digas que hay una rata por aquí…» Miró hacía la dirección de donde provenía el ruido y se sorprendió: debajo de una pila de cajas se encontraba un niño pequeño que parecía tener unos cuatro o cinco años; era como una pieza de jade finamente tallada pero, al mismo tiempo, parecía blanco y suave como un pequeño bollito. Estaba temblando, escondido en un rincón, y sus ojos negros estaban llenos de cautela y alarma. «¿Por qué hay un niño en el almacén de un bar? Es imposible que alguien fuera tan imbécil como para traer a su hijo aquí… ¿verdad?»
—Hola, bollito, ¿quién eres?, ¿cómo llegaste hasta aquí? —Hizo una ligera pausa—. ¿Te escabulliste?, ¿o es que alguien te encerró?, ¿quieres un dulce? — El niño no respondió absolutamente nada y, en vez de calmarse, comenzó a temblar con más intensidad, parecía un animalillo asustado. La joven dejó de hablar; no era asunto suyo. Ambos continuaron en silencio, cada uno en su rincón de la estancia, fingiendo que no había nadie más en la dichosa habitación. En un momento dado, la luz comenzó a parpadear hasta que, finalmente, se apagó.
En la completa oscuridad de la estancia, Ning Xi comenzó a escuchar un extraño sonido, que parecía el castañeo de dientes. La chica no pudo evitar reírse, y dirigió la mirada hacia el rincón donde estaba el niño.
—¿Tienes miedo a la oscuridad? —El castañeteo se detuvo por un instante para luego empezar de nuevo, pero esta vez con más fuerza.
«¿Cómo puede ser tan cobarde?» suspiró, se sacudió la ropa y se levantó para ir directa hacia el niño.

*Créditos*
Comentarios recientes