Un buen espectáculo entre un benevolente padre y una buena hija
—Jamás habría pensado que el presidente Ning, con lo apretada que es su agenda, asistiría a un evento como este. ¡Es un gran honor!—exclamó el director Guo.
—Venga, presidente Ning, siéntese aquí. —El productor Wang se levantó y cedió su asiento para que el presidente estuviera al lado de su hija.
—Eres demasiado educado, Guo. —Miró a Xueluo y su expresión se llenó de amor paternal—. Al fin y al cabo es un evento relacionado con mi preciada hija. Estás cuidando de ella, no tienes por qué ser tan formal.
—Jaja, presidente Ning, que sepa que la manzana no cayó lejos del árbol. A su temprana edad, su hija ya es excepcional. ¡No necesita, para nada, mi cuidado!
—Excepcional, ¿eh? Esta niña siempre anda demasiado ocupada. ¡Apenas la veo! De no ser porque encontrara tiempo para asistir al banquete, no la vería en bastante tiempo. —Si bien sonaba molesto e incluso un poquito cabreado, la expresión en su rostro claramente decía lo contrario; parecía que estaba listo para perdonar cualquier cosa que hiciera su preciada hija.
—Jaja, Xueluo es muy trabajadora, deberías estar muy feliz—rió el director—. Pero, Xueluo, ¡estás muy equivocada! Por más ocupada que estés, no deberías dejar de lado a tu propio padre por eso.
—Sí, director, sé que lo estoy. Pero, padre, no se enoje. ¡Mañana cenaré con vosotros, en casa!—exclamó Ning, mientras abrazaba el brazo de su padre. Estaba actuando como una hija de lo más obediente.
—¡Si es que para que vengas a visitarme, necesito incluso que tu director te lo diga!
—¡Papá! por favor, que hay demasiada gente aquí.
—Sí, sí, ¡ahora que eres una gran estrella no puedo decir una sola palabra!
❀ ◦ ❀ ◦ ❀
Ning Xi pensaba que no le dolería ver el típico espectáculo del benevolente padre y la buena hija por parte de esos dos, pero, por alguna razón, el dolor que sentía en su corazón era tan grande, que quería huir de esa sala y no volver nunca, pero lamentablemente era imposible. Aunque apreciar esa escena atormentaba todos sus sentimientos, consiguió mantener una expresión serena y centrarse en la conversación que inició el guionista sentado a su lado, como si no hubiera notado para nada la conmoción.
En realidad, podía fingir perfectamente no haber visto nada, pero por lo visto, el resto de los participantes no lo sentían igual. La mirada de Ning Yaohua la penetraba como si fuera un cuchillo afilado. Estaba claro que su presencia en esa ceremonia era, para él, una verdadera vergüenza.
Ning Xi, cuando ya no pudo más, se fue de la habitación con la excusa de haber ido al baño pero, en realidad, se fue hasta el final del pasillo, hacia la ventana abierta, para tomar algo de aire fresco. Cogió un cigarrillo que guardaba junto al mechero y los contempló durante un buen rato antes de volver a guardarlos. Estaba tratando de dejar de fumar y ese día, de hecho, era el primero, después de mucho tiempo, en el que tenía la necesidad de sentir la nicotina recorrer su cuerpo.
Al final, lo que le permitió sentirse un poco mejor era la suave brisa nocturna que soplaba en ese instante. Pero, mientras se relajaba, escuchó que alguien se le estaba acercando y todo su ser se volvió a tensar. Pero, aunque se pusiera rígida, cuando se dio la vuelta, su expresión resultaba impenetrable, como si se hubiera puesto una máscara perfecta.
—Oh, ¿así que el presidente Ning, en persona, vino a buscarme? —El hombre la miró con una expresión severa, extremadamente descontento con su forma de vestir—. Ah, por cierto, presidente Ning. —Miró hacia abajo, con una leve sonrisa—. Cuando estábamos en la habitación, no dejó de mirarme. ¿No le da miedo que alguien malinterprete su mirada?
Al fin y al cabo, era un patrocinador, mientras que ella no era más que una pequeña, pero hermosa, celebridad, así que tampoco debe de ser muy complicado acabar con una idea muy equivocada.
—¡Desgraciada! ¿Quién te crees que eres?—dijo, enfurecido.
—Mmm, creía que estoy hablando una lengua humana. —Frunció el ceño—. ¿Acaso no comprende el lenguaje humano?
—Tú… —Yaohua levantó el brazo, para golpear a la mujer que tenía enfrente, pero su delicada mano lo detuvo y no le permitió realizar la acción. Era imposible que le dejara golpearla de nuevo, pues no tenía derecho a hacerlo. Ese acto enfureció aún más al hombre y, con sumo desprecio, quitó la mano—. Será mejor que renuncies al papel. ¡Sería una vergüenza para mí si continúas siendo una figura pública!
—Obtuve este papel por medios completamente legales. ¿De qué vergüenza estás hablando? —Su expresión se volvió fría.
—¡Já, pero mírate! Siempre tienes que andar copiando a Xueluo, pero ni siquiera puedes competir con ella. Cuando entraste a la industria del entretenimiento, ¿lo hiciste esperando que alguien investigue ese incidente y así avergonzar a toda la familia Ning?—dijo mientras la miraba con extremo desdén.
*Créditos*
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