Muérdeme de nuevo
O, quizás, puede que no haya cambiado, sino que escondió esa parte de sí, en algún rincón muy profundo de su alma. Puede que, simplemente, no lo conociera en absoluto.
—Lu. —Bajó la mirada y se percató de que su mano estaba llena de manchas de sangre—. Lu Tingxiao. ¿Qué te ha pasado? —No pensó demasiado cuando hizo la pregunta, y se arrepintió de ello casi al instante.
—¿Y tú qué crees?
—Ehm, bueno… —Se puso tan nerviosa que necesitó hacer una pausa para tragar saliva—. La verdad es que esas marcas parecen un tanto, ¿familiares?
—Jej, buen ojo. —La joven se atragantó con su propia saliva y tuvo un ataque de tos cuando lo escuchó.
—Gra-gracias. —Sonrió con torpeza—. ¿Fui…? —No sabía si quería escuchar la respuesta—. ¿Fui yo?
—¿Crees que te estoy mintiendo? Si quieres, puedes tomar otro bocado y ver si son iguales—sugirió Tingxiao, extendiéndole la mano en signo de invitación.
—No. No hay necesidad de eso. —Avergonzada, agitó sus manos. No acababa de creerse que ha sido ella; no era capaz de recordar qué era lo que pasó esa noche. Recordaba cómo se fue al baño, pero después de eso… Nada. Absolutamente nada. ¿Cómo acabó en esta situación?
—Te desmayaste en el baño de mujeres, entré a buscarte, no querías venir conmigo y me mordiste—resumió, brevemente, los acontecimientos de la noche anterior.
—Ehm. —Estaba confundida—. ¿Entraste en el baño de mujeres? —Sentía que cometió un pecado imperdonable; hizo que el mismísimo rey demonio sacrificara demasiado por ella—. Bien, eso lo entiendo. Pero, ¿por qué dormimos en el coche? —Con dificultad, pero se atrevió a lanzar la pregunta.
—Porque te negaste a abandonar a tu pequeña querida—respondió con calma, enfatizando mucho en la última parte. Ning, no acababa de entender lo que ocurría, entonces miró bien el automóvil que tanto adoraba y lo entendió de inmediato.
—¡Lo siento! ¡Lo siento mucho, de verdad! Te causé tantos problemas—se disculpó con timidez. Era solo el segundo día a su lado, y ya hizo demasiadas cosas mal. Se sentía bastante culpable por eso.
Lu Tingxiao no respondió nada a sus palabras y, en su lugar, decidió cambiar de tema.
—¿Por qué te emborrachaste tanto?
La expresión de Xi cambió casi al instante, mostrando un rostro triste, y ese cambio repentino de emociones no hizo más que despertar la bestia interna de Tingxiao. Ning no estaba para nada acostumbrada a compartir sus preocupaciones con nadie, pero esta vez era demasiado difícil de soportar, así que se dejó caer en el asiento, dirigió la mirada hacia el follaje sobre su cabeza y habló.
—No obtuve el papel de Meng Changge—murmuró.
—¿Qué?—preguntó sorprendido.
—Sé que no es más que un papel secundario, y que a un gran CEO como tú no le puede importar menos, pero ni te imaginas lo duro que trabajé solo para conseguir este papel. No sabes lo feliz que estaba cuando me dieron el papel. Ninguno de vosotros lo entiende realmente. —Cubrió sus ojos con la mano mientras hablaba.
Todo este tiempo estuvo pensando que bebió tanto por Su Yan, pero no podía estar más lejos de la realidad. Jamás se había imaginado que la verdadera razón sería esa. No estaba triste por perder a Su Yan, sino por perder el papel.
Tingxiao se animó después de toda una noche de sufrimiento, pero cuando vio la tristeza reflejada en los ojos de la joven sentada a su lado, su corazón se contrajo. Sabía perfectamente lo importante que era su sueño para ella. ¿Cómo no iba a saberlo? Al fin y al cabo, de no serlo, ¿cómo podría ser tan testaruda? Prefirió subir, paso a paso, por sus propias fuerzas, aún sabiendo que había atajos que podía tomar.
—No estés tan triste. Lo estás haciendo muy bien. —Levantó su cabeza y la apoyó sobre su pecho.
En tal caso, el culpable no fue Su Yan, sino Ning Yaohua. Era el mayor inversor de esa película, así que tenía mucha influencia para poder elegir el reparto.
Nadie tenía permitido intimidar a su chica. Ni siquiera, su propio padre.
*Créditos*
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